Vasos descartables: economía y ecología

Es común ver como la gente utiliza más de un vasito de plástico en los dispensers de agua caliente para no quemarse las manos con el líquido que sirve para hacer un té, un café o una sopita. Y lo más común es que los vasitos que usaron como “aislante” no sean reutilizados, si no que vayan a la basura junto al sucio.
Entonces, por cada dos cafés al día -y que sabemos que nadie toma “solo dos” cafés al día en la oficina ;)- por persona, estaremos tirando cuatro vasos. Por diez personas, se desperdician VEINTE VASITOS de plástico en sólo una jornada laboral, que terminan en el basurero completamente limpios. Y eso sin contar que alguien use tres vasitos en lugar de dos para no quemarse los dedos…
Más allá del gasto económico innecesario de pagar EL DOBLE de los vasos necesarios, hay que pensar que esa cantidad de plástico -con un proceso de biodegradabilidad muy largo- estará contaminando como dos personas generando basura a la vez. Suena mal ¿no?

Por eso, en los lugares en que haya dispensers de agua caliente -o aunque sea una pava para calentar agua- es preferible tener la opción de vasitos térmicos de poliestireno expandido -telgopor, isopor o como prefieras llamarlo-. Estos vasos térmicos no pueden usarse de a dos y ¡tampoco es necesario!. Por su material aislante, no quema los dedos por muy caliente que este el líquido que contienen y usándolos con la tapa especial que se vende aparte, pueden conservar el calor de las bebidas por mucho tiempo -ideal para trabajos que demanden andar por el exterior de las oficinas o en depósitos más fríos-.